Los Jardines son para las Personas

Curiosamente la relación entre nuestros jardines y los encierros son incluso etimológicas...

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Fecha

Abril 2020

Tipo

Escritos

En estos tiempos de encierro, una azotea, una terraza, incluso un balcón, se antojan pequeños paraísos; pequeños espacios de libertad en los que soñamos que nos liberamos de nuestro encierro. Un jardín, sea cual sea su escala, exige muros, límites que pongan fin a nuestro pequeño edén.

Curiosamente la relación entre nuestros jardines y los encierros son incluso etimológicas. Puede comprobarse en términos como JARDÍN, del francés jardin, diminutivo del antiguo jart ‘huerto’, procedente del germánico gard ‘cercado, seto’; o PARAÍSO, procede del griego paradeisos (en latín paradisus), que procede a su vez del persa paerdís, 'cercado', que es un compuesto de paer-, 'alrededor' y -dis, 'crear, hacer'.

 

"Si disponemos de poco tiempo, si alrededor de nosotros el mundo vacila (...) lo único que podemos hacer es transformar una parcela de tierra, no importa cuál, en un lugar acogedor, un lugar que acoja más vida."

El jardín es un espacio concebido para la contemplación pero también para la reflexión. Un espacio en el que poder disfrutar de la soledad pero también de la compañía. Un lugar para las sensaciones pero también para las experiencias, para realizar actividades. Jardines, terrazas y patios son estos días puntos de encuentro familiar. Nunca me imaginé que mis jardines estarían dando servicio a familias en una situación como la que estamos viviendo, sin embargo estoy tranquilo porque a la hora de diseñar un jardín siempre he puesto el foco sobre las personas que van a vivirlo y quiero pensar que ahora mis jardines están ayudando a sobrellevar estos días. Los jardines son para las personas.

Siempre que el proyecto me lo ha permitido, he incluido en mis diseños zonas de trabajo. Trabajo en el más amplio sentido de la palabra. Se trata de zonas de actividad, zonas productivas o rincones en los que poder dedicar tiempo a realizar actividades de manera individual o en familia. Por ejemplo, cada vez es más habitual que mis clientes se interesen por el diseño de zonas productivas dentro de sus jardines.

 

"Cuidemos de nuestros jardines, si los mantenemos en forma, ellos también cuidarán de nosotros."

 

Los huertos o jardines vegetales son el origen mismo de los jardines. En la antigua Mesopotamia, los Sumerios comenzaron allá por el 4.000 a.c. a regar de forma artificial “el paisaje entre los ríos” Tigris y Euphrates para cultivar las tierras. También tuvieron importancia en Egipto, y más tarde en Grecia los huertos o vergeles fueron escenario de interminables conversaciones entre filósofos. Quiero pensar que estos días ese huerto que diseñé alrededor de unos granados en el jardín de Alain y Carine, o aquel espacio para hacer fuego en el jardín de Patricia y Pablo, son hoy escenario de reuniones y conversaciones familiares que de algún modo mejoran la vida de mis clientes.

En alguno de mis proyectos he dejado incluso espacios del jardín sin terminar de ejecutar a propósito. Se trata de una idea que me vino a la mente charlando en una ocasión con unos clientes y cuya finalidad es la disfrutar del jardín de un modo distinto y divertirse mientras se fomenta la colaboración entre los distintos miembros de la familia. Recuerdo aquel jardín en el que diseñé una zona de juegos en lo alto de una gran encina. Era una pequeña casita de madera, con ventanas y una escalera. Hice el diseño de todas las piezas y junto con mi equipo me encargué de facilitar todos los planos del diseño con instrucciones precisas para su construcción. Cuando se terminó de construir el jardín, aquel rincón parecía una pintoresca escena sacada de algún jardín inglés. Una pequeña casita en ruinas colocada estratégicamente no con el fin de sorprender a los invitados de algún sir, sino con la humilde finalidad de reunir a la familia alrededor de aquella pequeña casa, temporalmente a medio construir.

 

"El uso familiar de los jardines consiguió aumentar enormemente la moral de los ciudadanos en aquellos tiempos de dificultad desviando su atención de la crisis en la que estaba sumido todo el país."

 

Concebir un jardín como espacio de unión en momentos difíciles no es algo nuevo. Durante la primera y segunda Guerra Mundial los 'jardines de la victoria' , también llamados 'jardines de guerra' se hicieron muy populares en países como Australia, Estados Unidos o Canadá. El hambre y la escasez de productos agrícolas promovieron campañas de los gobiernos de aquellos países para alentar a los ciudadanos a cultivar sus propios jardines de manera comunitaria y de ese modo, poder producir frutas y hortalizas frescas de forma económica y sin necesidad de utilizar los transportes para su distribución. Sin embargo la finalidad de estos jardines no era sólo la producción a pequeña escala de alimentos, perseguía también otro fin igual de importante que el autocultivo. 

El uso familiar de los jardines consiguió aumentar enormemente la moral de los ciudadanos en aquellos tiempos de dificultad desviando su atención de la crisis en la que estaba sumido todo el país. Promoviendo actividades comunitarias, el gobierno consiguió unir a toda a la población y algunos slogans como “Un huerto en cada casa” fueron parte de campañas del Ministerio de Agricultura en Canadá durante la Primera Guerra Mundial para fomentar el autoabastecimiento. Los 'jardines de la victoria' fueron tan populares durante los periodos de guerra que incluso los cráteres de las bombas en las casas de Londres servían como improvisados 'hortus conclusus' durante la Segunda Guerra Mundial. En Estados Unidos, Los Roosevelts, como ya hiciera Wilson en la anterior guerra, llegaron a plantar un 'jardín de la victoria' en la Casa Blanca en 1943 dando ejemplo de ese modo a la sociedad estadounidense. Este movimiento llegó a ser tan importante para una sociedad en crisis que incluso se crearon festivales y concursos en los que se mostraban las producciones que cada vecino había cosechado en su propia casa. Concursos que todavía hoy en día se producen en las zonas rurales de Estados Unidos.

En palabras de Teodor Ceric, "si disponemos de poco tiempo, si alrededor de nosotros el mundo vacila (...) lo único que podemos hacer es transformar una parcela de tierra, no importa cuál, en un lugar acogedor, un lugar que acoja más vida".  Estos días, tengamos jardines grandes o pequeños, patios o azoteas, balcones o unas sencillas macetas con plantas en casa, necesitaremos con más razones que nunca que todos cuidemos de nuestros jardines, si los mantenemos en forma, ellos también cuidarán de nosotros.

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